03 octubre, 2005

Eclipse Anular

Hace 241 años que no se proyectaba el perfil completo de la luna sobre la peninsula, hoy hemos tenido la oportunidad de contemplarlo, aunque no demasiada gente se haya parado a ello.

Decidí usar el disco interior de un disquete para observar el evento como otras veces. Desde mi paso por la clase de informatica de 8º de E.G.B, es la forma que siempre he usado, y ademas no estaba en la larga lista de objetos a traves de los cuales no es recomendable por los "medios" mirar al sol. [El sustrato de FeOx protege de los UVA]. Con él perfectamente doblado me dirigí a clase. Por otro lado tenía intención de no asistir a la última para poder ver todo el proceso de entrada, pero dado que esta terminaba a las 10:50 y la máxima interferencia se producía a eso de las 11:01, no había ningún problema en ver el proceso de salida.

Puntualmente hubo acabado la exposición, salí del aula. El ambiente era impresionante, la tenue luz que se desprendía del sol generaba una atmosfera extraña, casi mágica. En la calle empezaba a refrescar, y los asombrados alumnos a agruparse en torno a pares de gafas de observación, teléfonos móviles y hojas de papel agujereadas.

En ese momento me dí cuenta. La importancia del eclipse no residía en el hecho en sí, si no el efecto que producía. Una súbita mezcla de paz y alegría se había apoderado de todo el mundo. Sonreían mientras observaban y se observaban. Muchas personas se habían agrupado, [Era el momento del descanso de la mañana] todo estaba en calma, como si todos quisiesen capatar todas las sensaciones y los matices que aquello les ofrecia.

En ese instante me dí cuenta. Había dejado a mis compañeros en el aula, y aunque busqué desesperadamente, no encontre a nadie conocido. Dejé de confiar en el metodo, en mi mismo. Monté en mi bici pensando que no merecía la pena mirar el Sol, si no había nadie con quien compartirlo, y me dirigí a casa. En el camino encontré lo que buscaba, pero ya nada me permitía hacer aquello para lo que me había preparado. El disco se perdió por el camino, tras un par de paradas para hechar un vistazo, y acabé viendo el eclipse a traves del follaje de los árboles que me acompañan en mi recorrido de vuelta a casa.

Dentro de veinte años la luna proyectará su perfil sobre esta tierra de nuevo. El baile celestial nos volverá a asombrar y estaré preparado para ello, esa proxima vez sí, ya no tendrá importancia el metodo, si no que será la forma el objeto de mis preparativos. Apunto en mi agenda intemporal "Conseguir grupo de gente con el que ver el eclipse solar del 29 de Marzo de 2025". Bueno, pues manos a la obra, la tarea es dura, pero queda demostrado, merece la pena.

1 comentario:

Diego Alonso dijo...

Cuenta conmigo. Un abrazo

 
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